Ser tan fuerte que nada pueda perturbar tu paz interior.
Hablar de salud, felicidad y prosperidad, con todas las personas que conozcas.
Lograr que todos tus amigos sientan que hay algo valioso en ellos.
Mirar el lado luminoso de todas las cosas y hacer que tu optimismo se vuelva realidad.
Pensar sólo en lo mejor, trabajar sólo por lo mejor y esperar sólo lo mejor.
Ser tan entusiasta respecto al triunfo de los otros como del propio.
Olvidar los errores del pasado y concentrarte en los grandes logros del futuro.
Tener siempre un semblante alegre y dar una sonrisa a cada criatura viviente con la que te encuentres.
Invertir tanto tiempo en tu mejoramiento que no tengas tiempo para criticar a los demás.
Ser muy grande para lamentarte, muy noble para enojarte y muy feliz para preocuparte.
Pensar bien de ti mismo y proclamarlo al mundo, no en voz alta pero sí con los hechos concretos.
Vivir en la fe de que todo el mundo está de tu lado mientras seas fiel a lo mejor que hay en ti mismo
Nota:
El Credo Optimista fue publicado por primera vez en 1912 en el libro Your Foreces And How To Use Them (Tus fuerzas y cómo usarlas), de Christian D. Larson.
Una versión resumida es la que utiliza actualmente en la Internacional Optimista, un grupo mundial dirigido a lograr cambios positivos en el planeta.
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